Tus palabras me apuñalaron el corazón, y lloré lágrimas de dolor.
"¡Fuera!" grité. "Estas son las últimas lágrimas que lloraré por ti." Así que te fuiste.
Esperé horas, pero no volvías. Esa noche lloré por mí misma lágrimas de frustración.
Esperé semanas, pero no tenías nada que decir. Pensando en tu voz, lloré lágrimas de soledad.
Esperé meses, pero no diste ninguna señal. En las profundidades de mi corazón, lloré lagrimas de desesperación.
¡Qué extraño que todas esas lágrimas no pudieron llevarse el daño!
Entonces un pensamiento de amor pinchó mi amargura. Te recordé bajo la luz del sol,
con una sonrisa tan dulce como el vino de mayo. Una lágrima de agradecimiento empezó a caer, y milagrosamente , volviste.
Tus suaves dedos tocaron mi mejilla, y te inclinaste para besarme.
"¿Por qué has vuelto?" susurré. "Para borrar tu última lágrima," contestaste.
"Era la que guardabas para mí."... ♥
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